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UPEA: familias pasan por un calvario y culpan a la presión dirigencial

Tres de los estudiantes que perdieron la vida el martes fueron enterrados ayer en el cementerio Prados de Ventilla, donde les donaron el espacio.

hace 4 año(s)

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Limbert Lucana Ardaya resistió 24 horas con el cráneo fracturado y policontusiones después de caer casi 17 metros junto con  otros  diez estudiantes de la Universidad Pública de El Alto (UPEA). No resistió más y falleció ayer aproximadamente a las 10:30, convirtiéndose en la séptima víctima mortal del desplome de una baranda que se produjo como consecuencia de una disputa dirigencial universitaria.

Sus familiares habían instalado el martes una vigilia en instalaciones del Hospital del Norte, donde era atendido, pero sus oraciones no evitaron el fatal desenlace, del que ahora responsabilizan a la presión dirigencial y los intereses políticos que se juegan en ese centro de estudios. 

“Pedimos justicia y que se hagan cargo las autoridades de la UPEA, que no han aparecido ni han dado cara. ¿Quién ha convocado a esa reunión?, que caiga quien caiga”, demandó su hermana mayor, Mónica Lucana, minutos después de haber recibido la noticia del deceso junto con  sus padres y otros familiares en puertas del nosocomio.

Como los familiares de las otras víctimas, demandó que se investigue la convocatoria a la asamblea estudiantil que derivó en la tragedia y contó que, además del dolor que viven por la muerte de su hermano, tuvieron que comprar medicamentos caros con el poco dinero que tenían.

“No nos han colaborado en nada, somos una familia de escasos recursos”, dijo, mientras su madre recordaba a los periodistas que Limbert había salido del cuartel en enero y que ella le había pedido que descanse un año antes de iniciar sus estudios.

“¿Quién me va a responder a mi hijo? Tenía ganas de estudiar. Salió en la mañana y hasta ahora lo estoy esperando”, repetía, totalmente desconsolada por la muerte de su hijo de 19 años.



Mientras eso ocurría en puertas del Hospital del Norte, en la zona de Villa Ingenio era velado el cuerpo de Gemio Estuder Mamani Justo (21) en un ataúd blanco que se encontraba rodeado de flores, sus familiares y amigos.

Allí, el sentimiento era similar. “Me dijo que tenía que ir a la UPEA, que les estaban obligando. Le he dicho que no vaya, pero me dijo que les estaban cobrando multas de 50 o 35 bolivianos. ‘Nos están obligando’ me ha dicho”, contó su madre, Juana Justo. “Quiero que me respondan. Ellos han convocado (a la asamblea), más que todo el centro (de estudiantes). Son los políticos, ¿por qué se meten los políticos?… ellos tienen la culpa”.

Su hermana, Erika, recordó que ese día estuvo con su hermano antes de ingresar a la UPEA. “Me dijo que había una reunión, que les habían obligado del centro de estudiantes, eso me dijo”, contó.

Martha Roca Quispe, la madre de otra de las fallecidas, Tania Choque Roca, reclamó: “Por culpa de la política he perdido a mi hija. A mi hija le han obligado, por darle beca, por puntos,   a reunirse”. Como los otros familiares, dijo que no recibió ninguna ayuda para velar y enterrar a su hija, tal como prometieron las autoridades de la UPEA.

 La tarde de este miércoles tres de los estudiantes que murieron inmediatamente después de caer en la UPEA ( Anahí Chipana, Raúl Cadena Choque y Gemio Estuder Mamani) fueron enterrados en el cementerio jardín Prados de Ventilla, cuyos propietarios donaron el espacio.
 

 


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