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El defensor del Pueblo, Pedro Francisco Callisaya, expresó su profunda preocupación por los hechos de violencia que se registran en Llallagua, en el norte de Potosí, donde se han reportado enfrentamientos entre sectores sociales. 

La autoridad instó al Gobierno a tomar medidas urgentes para evitar que la situación se agrave y garantizar la seguridad de la población.

“Es necesario resguardar la vida, no podemos enfrentarnos entre hermanos, como lo que está aconteciendo en Llallagua”, declaró Callisaya a través de sus redes sociales, en un mensaje que busca generar conciencia sobre la creciente conflictividad social que se vive en el país.

La Defensoría del Pueblo advirtió que Bolivia está ingresando a una “etapa de irracionalidad y violencia”, en la que todos pierden y se profundiza la crisis política, económica y social. Por ello, el defensor exigió al Ejecutivo “extremar esfuerzos para precautelar la seguridad, la integridad y la vida de la población boliviana”.

Los disturbios en Llallagua ocurren en medio de un contexto nacional marcado por tensiones entre sectores afines al Gobierno y a la facción del expresidente Evo Morales, que han derivado en protestas, bloqueos y choques en diversas regiones del país. 

En este escenario, la intervención estatal ha sido duramente cuestionada por su falta de eficacia para contener la violencia y promover el diálogo.

Callisaya hizo un llamado a la paz y a la unidad nacional, recordando que las diferencias deben resolverse por vías democráticas y dentro del marco del respeto a los derechos humanos. “La vida está por encima de cualquier interés político o sectorial”, remarcó.

La Defensoría ha enviado equipos a la zona para verificar la situación y ofrecer acompañamiento a las víctimas. Entretanto, diversos sectores ciudadanos y organismos de derechos humanos se sumaron al pedido de pacificación y diálogo inmediato.