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La juez del municipio de La Guardia, Susana Zabala, ordenó la detención preventiva en la cárcel de Palmasola, por el lapso de 90 días, del piloto y empresario cruceño Rodrigo Gutiérrez Fleig (45), quien fue imputado por el presunto delito familiar.

Esta audiencia estaba programada para las 17:20 del viernes en el Juzgado de La Guardia, pero se retrasó dos horas porque el empresario dijo que no tenía defensa legal y solicitó en ese momento que lo patrocine el abogado Jerjes Justiniano, quien está en la ciudad estadounidense de Miami y por ello solicitó un link para que se conecte de manera virtual.

La abogada Jéssica Echeverría, defensa de las víctimas, dijo que el imputado realizó este pedido para “dilatar” el inicio de la audiencia, puesto que a las 19:23, cuando se instaló la audiencia, aparecieron tres abogados para representarlo, entre ellos estaba Romane Saldaña, exdirectora departamental de Santa Cruz de la Procuraduría del Estado.

En la audiencia, la jueza Susana Zabala valoró los elementos presentados por la abogada Echeverría y por la Fiscalía, quienes señalaron que el acusado cometió el delito de violencia familiar contra su esposa e hijos.

“Para nosotros es importante esta determinación de la Justicia porque deja un precedente respecto a la valoración del testimonio de la víctima, en base a las sentencias constitucionales y el principio de veracidad de lo que la niña de seis años relató también sobre los maltratos del padre a su mamá y hermanos”, indicó Echeverría a EL DEBER.

Además, Rodrigo Gutiérrez Fleig, el piloto y empresario cruceño, un día antes de su audiencia desafió a los efectivos de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) y al comandante departamental de la Policía, Erik Holguín, cuando se resistió a su presentación ante los medios de prensa.

“Vamos a pedir al personal de la Felcv a que proceda a presentar a este sujeto. El mismo está poniendo resistencia a ser exhibido ante los medios”, dijo Holguín mientras observaba que el empresario forcejaba y discutía con los policías.

Sin embargo, el comandante hizo algo inusual, pues culminada la conferencia se levantó e invitó a los medios de comunicación a que lo acompañen hasta el lugar donde se encontraba Gutiérrez en las instalaciones de la Felcv, para que lo puedan filmar.

Detenido en EEUU

Según la denuncia que la esposa del empresario interpuso ante la Fiscalía boliviana en abril de este año, el hecho se registró el 21 de marzo en el hotel Fontainebleau de Miami, donde pasaban vacaciones familiares.

La mujer, que retornó al país, relató que aquella jornada el reconocido piloto agredió verbalmente a su hijo y luego intentó lanzarla a ella desde el balcón del piso 18 después de que sostuvieran una discusión por una supuesta infidelidad.

“Mi hijo mayor me salvó de que no me lance del balcón, luego llamamos a la Policía y lo detuvieron”, contó en abril la mujer, quien aseguró que las agresiones contra ella eran de larga data.

En el estado de Florida, EEUU, la Fiscalía le inició un proceso al empresario y piloto cruceño, por lo cual fue arrestado y en su juicio oral aceptó los cargos en su contra y la Justicia le impuso el pago de una fianza de $us. 45.000 para que quede en libertad condicional con medidas sustitutivas.

Dichas medidas tienen que ver con permanecer en Estados Unidos a la espera de que se instale su juicio por los delitos que pesan en su contra, además de la prohibición de acercarse a su esposa e hijos, ya sea en el domicilio, trabajo, escuela u otros.

Sin embargo, Rodrigo Gutiérrez Fleig logró abandonar Miami y regresó al país, lo cual llama la atención a su esposa e hijos, quienes son los denunciantes en este caso.

“Hasta ahora desconocemos de qué manera él salió de Estados Unidos, ya que el juicio por la agresión a su esposa y a su hijo de iniciales A. G. en Miami comienza en noviembre. Pero, se cree que usó su pasaporte alemán para ingresar a Bolivia en un vuelo por España, pues si hubiera tenido un conducto regular usaría su pasaporte boliviano en un vuelo directo de Miami a Santa Cruz”, cuestionó la abogada de las víctimas.

El Deber